Bali es una isla especial y única ya que histórica y culturalmente ha pasado por etapas muy diferentes las resto de Indonesia.
Tanto así que la religión principal del país (musulmana) es distinta a la que predomina
en Bali (Hinduísmo) por lo que se vive un ambiente muy espiritual y aunado a una combinación de naturaleza con sociedad como la que se vive en Ubud (la capital cultural de la isla); hacen que visitar Bali sea una experiencia sumamente enriquecedora e inolvidable.
En ésta paradisíaca isla hay algo que no se puede perder y es la curiosidad y capacidad de sorprenderse ya que cada pequeño detalle tiene mucho por contar.
Voy a empezar hablando sobre Monkey Forest ya que es realmente bonito y llamativo; es un bosque tropical dentro de Ubud donde viven monos traviesos y curiosos a los que les encanta acercarse, y si te descuidas, se llevarán cosas pequeñas que tengas a la mano como comida o accesorios. Además en el mismo complejo se encuentran estructuras tradicionales balinesas por lo qué hay mucho por explorar.
Otro de los atractivos más famosos son las terrazas de arroz de Tegallalang las cuales forman un paisaje hermoso y pacífico lleno de pendientes tradicionalmente diseñadas para el cultivo de arroz (uno de los principales alimentos de los balineses). Forman una vista tan increíble que la UNESCO las declaró Patrimonio de la Humanidad, así que no cabe ninguna duda que es un destino qué hay que conocer.
Cuando uno piensa en Bali seguramente se nos viene a la mente el destino del que voy a hablar a continuación; y esto lo digo porque hay unas fotos increíbles que no le hacen honor a estar ahí en el templo de Lempuyang y Tirta Gangga ya que, de hecho, ambos son un complejo de templos cercanos entre sí con vistas al monte Agung (el punto más alto de la isla y sagrado para la cultura balinesa). Las esculturas tradicionales ubicadas dentro de todo el complejo del palacio del agua adornan los estanques y jardines detalladamente adornados.
No he mencionado las playas pero son un punto que no puedo dejar de lado ya que conforman parte de los atractivos turísticos más llamativos de la zona y es que la isla de Nusa Penida representa un paraíso para quienes disfrutan de la fotografía ya qué hay paisajes increíbles en cada una de sus playas y los atardeceres ahí son algo que no te querrás perder.
Hay tanta riqueza cultural en la isla que nunca acabaría de describir, pero sí me gustaría mencionar la espiritualidad y profundidad con la que históricamente se ha desarrollado la población de la isla, esto hace que actualmente se pueda respirar un aire diferente al que normalmente conocemos en occidente y con esto quiero decir que realmente vale la pena abrirse a explorar cada pequeño detalle de la isla, si vamos con la mente abierta podemos encontrar muchísimo aprendizaje que hace realmente valioso este paraíso.
- Pepe Hernández
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